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Foto del escritorMartha Elena Llano Serna

Al fin todos vivimos algo al mismo tiempo

Hace muchos años no sucedía. Pasaban cosas en otros lugares siempre lejanos a nosotros. Allá donde pensábamos que no había ninguno de los nuestros. Moría gente en guerras lejanas. Por razones lejanas. Por motivos que no parecían nuestros. Morían niños en otros países de los cuales no entendíamos no solo su idioma sino sus razones. Nada nos tocaba. Moría fauna en manos de cazadores furtivos que no parecían de los nuestros. Millones de hectáreas eran derribadas sin que nada nos importara. No a todos. Muchos sí llorábamos en silencio. Por las hectáreas y la fauna y los niños y la gente.

Al fin todos vivimos algo al mismo tiempo y nos toca profundamente. No todos lo comprendemos por su puesto. No todos entendemos. No todos estamos en la misma capacidad de leer entre líneas qué es lo que hay aquí para nosotros. Otros sí. Quien más espero yo que lea lo que hay para interpretar de todo esto son quienes están en el poder. Porque son ellos quienes deberían poder digerir toda esta información desde la perspectiva de la común unidad. Esa que nos ha costado tanto. Y es que es como que no aprendiéramos. Pero si la historia está ahí escrita para que no cometamos siempre los mismos errores. Ni siquiera nuevos. Ni siquiera.

Hace muchos años no sucedía. Tantos, que a muchos de nosotros jamás nos había tocado una pandemia que hiciera esconder a todos. Y que los médicos salieran como si fueran a la guerra. Y que volvieran muchos. Pero no todos. Como siempre. en cualquier guerra. Y entonces no solo no nos bastaba con que quienes nos entretienen ganen más, sino que quienes nos cuiden de repente, no regresen...qué absurdo. Cuando todos debíamos estar protegidos. Y no sólo unos cuantos. Porque solo unos cuantos lo estamos. Me siento a salvo. Este bosque me abriga y me soporta. Y me he sentado a verlo mover con el viento y le he implorado que le ayude a los humanos a resolver este asunto. Y que pase pronto. Para que los más vulnerables no continúen más tiempo siéndolo. Y para que quienes no tienen pan en su mesa puedan de alguna buena forma encontrarlo.

Me he sentido alternativa toda mi vida. Desde que nací tal vez. Y logro comprender algo de todo esto. Y procuro mantenerme en esa energía que debemos estar para sostener esto desde otras perspectivas, desde otros mundos, desde otros tiempos. Al parecer estaba destinado a suceder y eso es facil decirlo. Pero no aceptarlo cuando eres tú quien sufre. Y hay millones sufriendo. Miles. Y tantos que no se han despedido de sus seres amados que entonces mi espíritu mirando a los árboles intenta llevarles consuelo. Llevarles alivio allí donde estén. Allí por donde sus espíritus estén recorriendo esta Tierra que hace tanto nos enviaba señales de que lo estábamos haciendo mal. Muy mal. Y eso no es un asunto de ella. Es el producto de nosotros.

Hemos abusado tanto de la Tierra. Hemos abusado tanto de los animales, incluyéndonos. Hemos abusado del mar y del río. Hemos perdido la ritualidad con todo. Ya no hablamos entre nosotros. Y justo ahora nos ponen a vivir en un mundo virtual. Para quienes pueden. Y nos ponen a saciarnos de este mundo en donde un beso no es igual. En donde un abrazo no hace vibrar nuestro corazón. Y en donde esas miradas furtivas no las podemos sentir bien adentro de nuestra alma para hacernos sentir bien vivos. ¿En qué estabas gastando tu tiempo? Imagino que lo estas haciendo igual. Porque si ibas a centros comerciales ahora vas de compras online. Tus hábitos no cambian de un día para otro. Mira a tu alrededor, ¿te gusta lo que ves? Toma de la mano a tus hijos, permíteles el placer de sentirse vivos. Toma la mano de tu esposa y de tu esposo, de tu madre, mírense a los ojos, jueguen cualquier cosa, rían duro, bailen otra vez, coman juntos, volvamos a sentir el placer de vivir en familia. De sentirnos parte de algo. De algo más grande que nosotros.

Al fin todos vivimos algo al mismo tiempo. Algo que recordaremos y que sin duda marcará nuestra historia. Esta vez todo fue diferente. Teníamos la tecnología, el dinero, las herramientas, y no pudimos hacer nada a tiempo para salvar a miles. Somos muchos, está bien. Pero quienes vivieron esta tragedia de otra forma, perdieron un hijo, un esposo, un padre, una madre, un novio, un amor al fin y al cabo. Tendremos que cambiar. Esto es en realidad una oportunidad para la humanidad. Un tiempo obligatorio para todos reflexionar. ¿Qué estábamos haciendo bien? ¿Qué estábamos haciendo mal?No teníamos tiempo para lo más importante. Ahora lo tenemos. ¿Y después que?

Después vendrá la calma. Vendrá el frenesí. Vendrá nuevamente la locura en la que vivían en las ciudades. Vendrá la desigualdad, y la mentira, y los ladrones saldrán nuevamente a la calle...y el aire que respiran será peor que antes y este tiempo se habrá ido. Quedando solo en nuestro olvido. Hay que hacerlo mejor que esto. Tenemos que revisar nuestros hábitos y comportamientos. Y tenemos que ser mejores. Mucho más.

Al fin todos vivimos algo al mismo tiempo...algo que nos debe hacer mejores seres humanos. Algo de todos. Al fin todos compartimos una misma experiencia...

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