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Foto del escritorMartha Elena Llano Serna

Cuando las palabras no alcanzan

Cuando se desborda el alma. Cuando el mundo pareciera voltearse patas pa´arriba a tu alrededor y tú conservas tu centro. Cuando el tsunami de un planeta en caos pareciera tocarte, lo único que hay que hacer es guardar la calma. Mantener la serenidad. Anclar tus pies a la tierra y ser tu propio polo, tu propio centro, tu ancla, tu vela, tu velero, tu viento y tu mar.

Cuando las palabras no alcanzan porque en una sola hora lo oíste todo. Te gritaron y te maltrataron con lo que después entenderías como una extorsión. Una nueva. Una que nunca habías oido pero que existía hace mucho. Una en la que te ponen a hablar con tu ser querido y a él desde un celular en la cárcel le obligan a decir lo que uno no quiere escuchar. Porque comprender que tu familiar está perdido en alguna parte a donde lo hicieron ir por un "falso servicio" es casi imposible. Hacen una llamada tripartita y a la víctima lo confunden y lo hacen vulnerable y a quién van a extorsionar igual lo confunden y le exigen y le demandan consignar en menos de 13 minutos un billetal.


Cuando las palabras no alcanzan uno reacciona y se pregunta, ¿celulares en las cárceles? !pero que es esto por Dios... ¿bandidos sueltos? pero qué nos pasa...si los buenos somos más cómo puede ser posible que quienes trabajamos decentemente de sol a sol tengamos que vernos expuestos a delincuentes que quieren apoderarse de la belleza de este país y ¿de nuestra gente? Qué le pasa a la autoridad que se queda de brazos cruzados y que últimamente veo a los que van por la calle ¿pegados de su celular? Sé que en medio de esos uniformes hay miles buenos...pero es que hay acciones simples que cambiarían el mundo en que vivimos. Un delincuente no va a dejar de delinquir porque lo encierren. Sobre todo si le dan las herramientas necesarias para seguir haciéndolo.

Cuando las palabras no alcanzan es cuando uno se enfrenta a personas que te dicen por ejemplo, ah....pero vos si sos, ¿por qué no reaccionaste diferente? a ver, a ver, ¿yo acaso soy delincuente? ¿acaso puedo pensar como uno? ¿acaso puedo siquiera vivir mi vida constantemente pensando que me van a llamar a extorsionar? Los malos piensan de formas que los buenos no conocemos. Esa es nuestra diferencia. Sus experiencias de vida los han llevado a pensar desde el odio, y yo vivo en el amor. Eso no tiene nada en común. En el odio habita el miedo. En el amor la serenidad. El odio es desamor y yo de eso no tengo, ni siquiera por quienes me han hecho sufrir de formas inexplicables. De formas en las que mi vida y la de mi más amado han estado en peligro. El odio tiene sumergida a esta civilización en la desgracia. Empieza en casa y termina en los jefes de nuestros países que toman decisiones que nos afectan a todos. De hecho empieza en el vientre de nuestras madres...

Cuando las palabras no alcanzan, yo me levanto una mañana como hoy reflexionando, ¿por qué yo? ¿por qué mi celular? y al final mi respuesta siempre ha sido la misma. Siquiera fue a mí y no a mi tio. Siquiera fue a mí y no a mi madre, a mi hermano, a mis sobrinos, a mi hijo. Siquiera fue a mí y no a alguien que no tuviera la piel curtida de experiencias porque tal vez el desenlace hubiese sido otro. Porque solo da pánico escuchar lo que te dicen. El maltrato que uno siente que habita en esos corazones desgarrados de dolor y de rabia no habita en ninguna otra parte. No tengo sino gratitud por esa experiencia. Gracias porque la viví y salí ilesa de ella. Este es el planeta que habito y en él hoy la supervivencia está amenazada. Desafortunadamente no contamos con leyes lo suficientemente fuertes para poder decidir en consenso qué deberíamos hacer con quienes roban vidas, sueños, ilusiones, con quienes en un acto brutal y cruel "despachan" a otro. Así me lo dijeron. Y aunque mi corazón latió exageradamente rápido, nunca me salí de mi centro. Nunca.

Cuando las palabras no alcanzan uno desearía poder tener el control de su vida. Pero no es verdad. La vida está viva y esto le puede pasar a cualquiera. Hubo alguien que me hizo sentir ingenua, absurda, hasta de malas. En realidad ahí nuevamente comprendí la falta de conciencia y de compasión del ser humano. Cuánto amor nos falta. Cuánta bondad. Cuánta dulzura. Cuanta honestidad y decencia le falta a tantos...


Cuando las palabras no alcanzan...me alcanza la vida y me sobran sonrisas y risas para burlarme de quienes ese día conmigo, no lograron lo que querían. Ni siquiera les deseo lo mismo. Les deseo que la vida se les torne bonita y les brille, para que su corazón salga de la oscuridad que lo habita y florezcan.

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1 Comment


Silvia Hincapie
Silvia Hincapie
Mar 28, 2023

Por favor.... no pares de escribir. Tu escribes, lo que muchos sentimos y no plasmamos en el

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