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Foto del escritorMartha Elena Llano Serna

De esta no se salva nadie

Y nadie es nadie. Y yo voy primero. Porque este es mi confieso. A la tierra. He recibido tanto...tanto amor, tanta dulzura, tantas alegrías, tanta prosperidad, tanta paz, tanta amistad, tanta verdad, que lo que menos puedo hacer y ser, es honesta conmigo. Con ustedes. Me gusta decir la verdad. Hay veces uno se tiene que esconder entre alguna excusilla que las toman como mentirillas piadosas y no es tal. Es simplemente que hay veces los desórdenes de los otros también nos tocan y cuando te obligan, te escondes en cualquier cosa, así sea en palabras que no quieren oír y no queremos oír.

De esta no se salva nadie, ni tú que me lees. Ni aquellos que no me leen. Porque al final la verdad que llevo en mi corazón me lo dice. Aquí nadie viene sin historia y sin cosas que nos definen para lo que vivimos ahora. Somos esto. Carne y huesos cargados de un pasado que otros vivieron. Hasta de quienes se salieron de las cuevas y con garrotes se defendían de los otros. Y no pudieron. Y entonces sus mujeres eran violadas por los más fuertes y sus hijos masacrados y sus nidos destruidos. Eso somos. Animales. Desgarradoramente territoriales y absurdamente inteligentes pero ignorantes y brutos a la vez. Somos todo. Y más.

De esta no se salva nadie, porque este es mi confieso. Y sé que de ignorante y bruta tengo poco. Afortunadamente, aunque hay veces también es mi desgracia. Porque vivir en un mundo en donde tengamos que pretender que un frenesí político es lo correcto, pues no. O conseguir plata es lo correcto, pues tampoco. Le creo tanto a Mujica... La plata no es plata. Es tiempo. Porque es el tiempo que invertiste de tu vida en conseguir plata para comprar lo que no necesitas. Porque lo que necesitas es tiempo para poder disfrutar esta experiencia de vida. Te amo Mujica. Qué sabio sos.

De esta no se salva nadie porque el día menos pensado todo lo que sentía, lo que vivía, lo que hacía, lo que decía y lo que escribía obedecía a un nombre que hoy amo. Puedo ya reconocer quienes son mis tocayos y aún no se descubren y tienen miedo a develarse. Vivimos en una cultura que nos discrimina por muchas razones, blancos, negros, amarillos, pobres, ricos, bonitos, feos, exitosos y fracasados. Etiquetas que no nos definen. Y cuando este cuerpo trascienda pues nada qué hacer. No llevaremos esas etiquetas puestas como hoy las cargamos como si fueran tatuadas en nuestra piel. Y no. Me voy a quitar las mías. Y empiezo con la realidad que hace unos cuatro años temí. Porque siempre la supe. Siempre que mi mente iba más rápido que mi cuerpo lo presentía. Pensaba veloz. Era aguda. Era capaz. Y quienes no tienen esos superpoderes pues entonces te miran y te cuelgan en el cuello una etiqueta que no te pertenece. Les pertenece a ellos. Se las devuelvo.

De esta no se salva nadie, mi confieso es un pagamento de vida. Es un cuarzo que pongo en mi corazón para que allí permanezca y pueda protegerme de tanto. De tantos. De las críticas. Del odio. Del desamor. De las amenazas. No se amenaza un espíritu, no hay con qué. No se amenaza la verdad. No hay con qué. Ella siempre permanece y es una. No se amenaza la justicia porque ella siempre como Diosa que es, posee capacidades únicas que nos harán libres. Y castigan al que vaya en contra de ella.

De esta no se salva nadie porque el día menos pensado te miras al espejo y no sos el mismo. Sos otro. Te ves con otros ojos. Te reconoces y sos capaz de decir, veeeee ésta soy yo. Y tiene nombre. Y es uno que censuran y peor aún...que vive escondido en las casas de todos como si fuéramos sabandijas que hay que tapar y esconder por pena. Conozco a más como yo, que no. Los he visto todo el tiempo y son mis amigos. Mis amigas. Y ellas aún no se pueden reconocer porque no se es lo que no es permitido ser. Solo aquellas que fueron capaces de serlo, hoy ejercen la profesión más antigua del planeta. De resto, de resto todos y todas estamos escondidos en capas y capas de historia y de miedo. Y a mí de eso no me dieron. Solo me toma tiempo hay veces más de lo normal, decir aquello que no quieren escuchar.

De esta no se salva nadie. Porque cuando tengan el coraje de leer y escuchar las notas que les dejaré al pie de este confieso se entenderán. No todos. Ni más faltaba. No quedaría humanidad. Todos tenemos de todo. Y ese es el asunto. Somos la mezcla de todos nuestros ancestros. Nuestros hilos están conectados. Soy tú y yo. Somos. Todos. En un hilo dorado e invisible que nos mantiene como hermanos. Por eso de esta no se salva nadie. Y por eso nos atraemos y nos repelemos. Nos amamos y nos odiamos. Por eso sin pensarlo nos conectamos y hacemos el amor como si fuera ese avatar que nos da la energía vital para seguir.

De esta no se salva nadie. Mírate al espejo. Aquí no vinimos en ceros, ni aliviados, ni enfermos. Vinimos con historia en nuestro adn proveniente del cosmos pero también proveniente de esta materia que salió de la luz infinita e inmensa de nuestros padres que en un acto misterioso nos dieron vida. Somos ellos, somos aquellos, somos hermanos todos. Y aún así juzgamos y criticamos, nos odiamos, nos matamos, nos aniquilamos, cuando al hacerlo, morimos también nosotros. De un tajo. Cuando le hacemos algo a alguien nos lo hacemos a nosotros mismos. Sin duda. Y aún así vivimos en un frenesí absurdo de salir y correr por el mundo, en carros, en trabajos, en amores... en desamores.

De esta no se salva nadie. Yo me reconocí y me abracé y me amo como jamás lo he hecho. Y también reconozco y veo a los otros y entiendo. Porque aquel día en que se me develó el mundo de otra forma comprendí. Y la serenidad que hoy puedo tener aún en medio del caos más hijueputamente absurdo, me lo dio ese día. Ese único día que recuerdo como volver a nacer. Desde eso mi título de loca se lo otorgo a mi bipolaridad. Y agradezco que hoy tenga nombre y que pueda leer sobre él y sobre tantos seres humanos que también la tienen, porque para mí, es tan solo un desorden con el litio o para muchos con algún mineral o vegetal que nos compone. Este inmensidad y complejidad de seres que somos cómo podía ser perfecto. Nuestra células se desgastan y se cansan, y se agobian y se duermen, o se olvidan de lo que vivieron y lo menos que podemos tener los unos por los otros es COMPASIÓN.

De esta no se salva nadie, porque cuando descubrí que era la bipolaridad me escondí en mi espíritu como acongojada como una niña que acababan de regañar. Y no. No. No era lo que tenía que hacer. Recuerdo llamar a alguien a decirle que saliéramos del closet, que nos reconociéramos como lo que la ciencia nos estaba diciendo que éramos. Y no. No fue posible. Hay temor. Hay discriminación. Hay un absurdo frente a cualquier cosa que sea mental. Podes tener el colesterol alto y decirlo a los cuatro vientos. Pero si te dicen que tenes el litio super ultra bajito y que tenés que tomarlo de por vida, pues entonces es un secreto. Un estigma que me estoy quitando hoy con todos ustedes. Me importa un culo el que dirán. Nunca me ha importado. Jamás. Pero cuando estuve recluida en el peor lugar de mi vida, aunque también el mejor, y cuando permití que a mi espíritu le quedara tatuado en mi adn ese sentimiento de miedo y de dolor para mis futuras generaciones, permití que todo el dolor que he cargado por años continuara también en mi. Y no. Hoy ya se está yendo y cuando le ponga punto final a este escrito se lo habré entregado al universo y a ustedes. Porque ustedes provienen de lo mismo que yo. Ustedes son yo y yo soy ustedes. Lean quienes han sido bipolares en nuestra historia y comprenderán. No se compone una pieza maestra sin dejar que te arrebaten los sentimientos y te salgas de tus casillas llevando a tu espíritu a donde todos no van. No se pintan grandes obras de arte sin ser capaces de retar tu existencia y comprender que hay algo más. No es posible escribir una oda a la vida sin permitir que todos los sentimientos se te quieran salir por los poros y toda la sal de tu cuerpo no te permita ver un teclado. No y no.

Todos somos esto. Me tengo que quitar mis gafas y aunque no veo, ya lo dije, no las necesito para escribir en mi teclado, Todos somos todo. Y aquí no se salva nadie. Somos un pedacito de cosmos imperfecto. Caótico. único, milagroso. Y eso es lo que nos permite levantarnos todos los días con estados de ánimos. Parejos y disparejos. No hay tal. Pretendemos estar en nuestro centro y nuestra brújula permanece titilando como si buscara la osa mayor y no somos capaces de simplemente aceptar que esto somos. Que estar mal está bien. Que ser bipolares está bien. Que deprimirnos eventualmente está bien. Que no somos perfectos y eso está bien. Somos humanos y la ciencia avanza tratando de averiguar qué somos, de qué estamos hechos. Y no ha sido fácil. No será fácil nunca. Hay es que confiar. En Dios. Quien sea Dios para cada uno. Dios es una palabra para mí en donde está todo. En donde deposito mi fe toda. Dios es la grandeza que no podremos nunca atrapar, pero que existe.

De esta no se salva nadie. Porque permanecer cuerdo cuando medio mundo te dice que estás loco es un reto. Y quiero decirlo a viva voz, estoy más cuerda que lo que se pudieran imaginar. Tengo el litio más cuadrado de lo que se pudieran imaginar. Revísense más bien ustedes si eso es un impedimento para que sean felices. Porque allí afuera hay un mundo. Hermoso. Una veces azul y unas veces gris. Unas veces blanco y otras veces negro. Unas veces lluvioso y otras soleado. Y sea lo que sea afuera, nada debería afectar el adentro. Nada es nada. Y sé de qué les hablo. Las experiencias que he venido a vivir y he escogido no son fáciles. Arrechassssss cómo dicen en el Chocó. No jodaaaaaa. Pero hay que vivirlas con toda la verdad, el amor y la honestidad que son. De aquí no hay para allá. Creo en la justicia, creo en la verdad, creo en la honestidad. Todas son cristalinas como el agua que protejo, como el aire que estos robles producen. Creo en el amor y espero que mi oda a la vida sea leída con amor. No hay más. Esta soy. Y he aprendido de aquellos otros que fueron nombrados bipolares y de los que aún permanecen escondidos como si fuéramos los de no mostrar. Somos los de mostrar!!!! Si lo que han leído durante mi vida les ha gustado, entonces reconozcan que ser bipolar tiene sus beneficios. Cruzar esa línea invisible entre lo correcto e incorrecto, no. Cruzar esa línea entre la cordura y la locura tampoco. Porque si siendo lo que soy, no le hago daño a nadie, pues entonces...qué más da. Quisiera que ustedes alzaran la mano y dijeran yo también he sentido esas emociones arrebatadoras por la vida, esos sentimientos que me hacen ser y hacer lo que soy. Pero no es necesario, entre mi psiquiatra, la peli TOC TOC y una psicóloga que ahora no recuerdo pero que cuando lo haga lo comparto de alguna forma, es que comprendí que todo lo que nos pasa está cruzado por la mente, y sobre todo por las emociones. Y ahí es donde después de tantos caracteres es que he querido llegar.

De esta no se salva nadie, porque las emociones son esa fuerza poderosa que llevamos adentro y que brotan y salen de nuestro ser. Quienes amamos nos hacen sentir emociones profundas y a quienes no amamos sí que más. Y yo quisiera que fueran honestos con ustedes, con sus hijos. Que fueran capaces de decirles todo. Sin tapujos. Que fueran capaces de abrazarlos hasta el infinito y más allá y borrarles con un solo abrazo todo el daño físico y emocional que les hayan hecho. Yo te perdono padre, yo te perdono abuelo, yo te perdono bisabuelo, yo te perdono recontratatarabuelo que no reconociste tu sangre en una esclava. Yo te perdono madre. Yo te perdono hermano que no me has reconocido simplemente cómo lo que soy. Yo te perdono hijo porque has aprendido de mi y de ellos otros lo que sos y mi relación contigo hoy pende de un hilo. Yo me perdono y espero que me perdonen. Todos. Mis pasadas relaciones, amores, amigas, amigos. Da igual. Somos uno y yo solo deseo que hoy vivamos sin cargas. Sin ataduras. Sin maltratos. Entre quienes amamos y son los nuestros y entre quienes no.

Se los dije, aquí no se salva nadie. Nadie es nadie. La liviandad es hoy mía. Y mis recuerdos de aquel tiempo se borran. Porque soy libre.


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https://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/trastorno-bipolar

https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/bipolar-disorder/symptoms-causes/syc-20355955

https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-antigua/20200906/33083/camino-trastorno-bipolar.html

https://www.bbrfoundation.org/

https://www.elcineenlasombra.com/peliculas-depresion-bipolaridad/

https://www.univision.com/entretenimiento/cine-y-series/6-peliculas-sobre-trastornos-mentales-que-puedes-encontrar-en-netflix

https://www.inmens.es/articulo/8-peliculas-sobre-salud-mental-con-buena-representacion

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Reír

1 Comment


Silvia Hincapie
Silvia Hincapie
Mar 22, 2022

Si Martha, a mi también me importa un culo, lo que los demás piensen de mi. Creo cada vez más en la liviandad de mi ser, porque no cargo pasado doloroso, o mejor dicho le aplico la tecla delete

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