Ese que sana y abriga. Ese que llega de repente porque está en todas partes. Ese amor que es magia y que sin que lo comprendamos nos permite un día ver la luz a través del túnel en el que nos metimos sin darnos cuenta. He estado allí, sé de que les hablo. Lo he vivido. He sentido esa ausencia de luz que le produce a nuestro cuerpo y a nuestro espíritu tanto daño. Solo pude salir por el poder del amor. Ese me trajo de vuelta. Desde entonces o quizá antes siento compasión por mis semejantes y por mis no tan semejantes. No soy capaz ni de mover una roca de su sitio. Creo que todo tiene espíritu...un árbol, una hoja por supuesto, el cielo, las estrellas, nuestros perros y gatos, esa ballena que ni han visto, los glaciares, un volcán y por supuesto nosotros.
El poder del amor es incomparable a cualquier cosa de nuestro universo. Tal vez no logren ni siquiera comprobarlo ni saberlo, pero nada más reparador que un abrazo sincero, que una palabra a tiempo, que una mirada honesta, que una canción enviada a través de estas tecnologías que hoy nos permiten muchas veces comunicar lo que sentimos y lo que vemos y que algunas veces hasta nos enredan en nuestras propias conversaciones con amados o desconocidos.
El poder del amor nos permite ser compasivos y entender las diferencias con los otros desde una forma que nada más podrá hacerlo. Somos uno.Y somos aún así todos diferentes y un mundo. Diversos. Únicos. Ninguno puede hacernos cambiar nuestra vida porque al nacer nos fue entregado mágicamente el libre albedrío. Nuestros primeros años son entonces definitivos para ser quienes somos. Durante esos años nuestra personalidad se forma y las experiencias del mundo que nos rodea, inclusive desde el vientre de nuestra madre, son claves para darnos las herramientas con las que nos moveremos por este mundo.
El poder del amor nos da miles de oportunidades para redimirnos con nosotros y con quienes nos aman. Nuestra familia, nuestros amigos y hasta con nosotros mismos. Somos un misterio inexplicable y muy complejo. Lleno de conexiones y de órganos que funcionan perfectamente, hasta que un día algo pasa...una historia, un instante que modifica cómo nos vemos y nos relacionamos con nosotros y con los otros...y entonces toca apelar a todo lo que podemos, a nuestras fuerzas, a nuestra cordura y hasta a nuestra locura para ser capaces de intentar volver a nuestro centro. Algunas veces lo logramos, otras no. Algunas veces no nos basta esta vida. Necesitamos otra, necesitamos más.
El poder del amor nos permite tanto. Nos da tanto. Nos quita tanto también. Hay veces confundimos el amor con otras cosas. Y no es tal. Estamos perdidos y cegados por todo lo contrario. El amor es sereno y dulce. El amor es esa paz inexplicable que sentimos con nosotros y que un día sentimos con otro, o con otros. Podemos amar muchas veces en nuestras vidas. Porque el amor es uno. Amamos a nuestro padres, a nuestros hermanos, a nuestros hijos, a nuestros amigos, a nuestros primos y a los primos de nuestros primos. Porque somos familia. Somos la misma sangre. Nuestras historias y nuestras experiencias provienen de la misma raíz, de nuestros ancestros que además nos dan hasta muchas veces hasta nuestros recuerdos. Esos que hay veces parecen que llevamos en nuestra alma y que ni comprendemos.
El poder del amor me ha llevado en mi existencia hasta los lugares más misteriosos. Porque es recíproco. Al amarte me amo y eso se devuelve de formas que he podido comprobar en mi corazón. Es como una luz que se expande en tu interior. Debemos amar sin remordimiento. Entregarnos sin sentir que no vale la pena. Hay que decirlo todo hasta el último instante, porque sí, tal vez sea el último. No habrá otro. No de la forma cómo conocemos...nos tocará aprender a hacerlo de otra forma y entonces así retomar nuestros recuerdos y tratar de reconstruirnos.
El poder del amor me permitió con mi primo, entenderlo, entender cuán complejos somos. Cuánto hemos venido a aprender en este viaje por nuestras vidas. Me enseñó a observar silenciosamente y a intentar darle la mano a quien yo sentía que se suicidaba en muchos instantes. Espiritualmente sí. Sus decisiones las respetaba pero hubiera querido otras para tanto talento! Para un artista que tal vez desconocía que podía ser lo que quisiera ser. El que quisiera...Que podía llegar a super viejito acompañado de sus gatas y de su familia amada riéndose como solo él sabía hacerlo...jugando chinchón.
El poder del amor le dio a su familia toda la fortaleza para saber acompañarlo durante su vida e intentar ayudarlo hasta dónde podían. Porque hay una línea invisible en donde termina mi vida y empieza la tuya. Te amamos primo. Te quisimos con toda tu vida que para muchos fue un exceso. Artista tenías que ser para sacarnos de adentro tantas emociones. Tantas risas, tantas aventuras. Viniste a eso. A enseñarnos que podrías vivir tu vida como quisiste. Hiciste algunas muchas locuras también que nos cuestan entender. Pero era tu vida. No podíamos vivirla por ti. Ayer te lo dije. Hablamos tanto que creo que solo me faltó decirte esto: El poder del amor te acompañará a hacer este viaje final que debes estar atravesando para llegar a donde querías. Pero es un misterio primo este viaje final. No sabemos finalmente de dónde venimos ni a dónde vamos. Nos inventamos muchas cosas para lograrlo. Nos acompaña la fe que nos han transmitido para cruzar este camino hacia la eternidad prometida. Tal vez allí nos veamos. Tal vez ayer fue nuestra última conversación. Pero sé que te veré en mis sueños. Aprendí con mucho dolor a cerrar mis ojos y ver a mi padre. Los cerraré y también te veré cómo ese último día que nos abrazamos. Gracias por tanto.
El poder del amor es que ya eres todo. Eres esas plantas que amabas. Estás en la lluvia de esta mañana. Estás en tus gatas que te buscan...están en todos a los que nos tocaste nuestro cabello con la magia de tu talento. Buen viaje primo. Que te acompañe la paz y que encuentres lo que estabas buscando en esta vida. Que haya luz en tu camino. Ya no hay nada que temer. Te amo. Te amamos.
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