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Foto del escritorMartha Elena Llano Serna

Mañana será otro día





Esa es la excusa para no desvanecer. Porque hay días de días. Y noches de noches. Han pasado tres semanas exactamente. Y es como si mágicamente nuestra vida hubiera cambiado. Pero no. No cambió. Es la misma. Con otros retos, otras decisiones. otras acciones, pero sobre todo con verdad. Esa que nos cuesta. Porque mi verdad no es necesariamente la tuya. Y yo apelo a creer que todos sentimos, pensamos y actuamos con las herramientas que tenemos para sobrevivir. Para sobrevivirnos. Porque morimos cada día, a cada instante. Nuestras células mueren y se renuevan o no lo hacen. Como nosotros.


Mañana será otro día. Cuántas veces nos hemos acostado con una angustia en nuestro espíritu y al levantarnos pareciera que ni lo recordamos. Hasta que lo hacemos y vienen otras vez esas pre-ocupaciones que de verdad nos ocupan en lo equivocado. Porque la vida continua y siempre nos da una nueva oportunidad. Una nueva historia. Otros retos, otros obstáculos. La vida no es perfecta. Es imperfecta como nosotros mismos que también somos vida y como el universo que vive entre el caos y el orden. Ninguno de los dos eternos. Como la felicidad, la paz, la tranquilidad, el amor y casi todo lo que no podemos ver pero si tocar y en realidad casi todo aquello que se demuestra con acciones. No con palabras. No puedo amarte y matarte. No puedo ser verdadera y mentirte. No puedo decir ser paz y actuar con la guerra. No puedo pretender vivir en tranquilidad cuando mis acciones son lo opuesto. 


Esa es nuestra excusa. Decir que somos y actuar como verdaderamente lo somos. La bondad no existe en donde vive la rabia, el rencor y el odio. La bondad habita en la serenidad de nuestros pasos recorridos con transparencia a donde quiera que vayamos, a donde estemos, a donde lleguemos. Las sonrisas tienen que ser amplias y honestas. No deberíamos apelar a las verdades del mundo de hoy para pretender escondernos detrás de ellas para decir que somos espirituales. La espiritualidad no va de la mano de ninguna religión ni dogma. Ni de ninguna practica. Porque hay veces si es que deseo decirle a muchos, ey, vayan más a rezar, o metanse en más tipis, o sóplense más rapé por esas ñatas a ver si despiertan de esa inconsciencia tan brutal. Yo me tengo que revisar a cada día. Me meto en mi tipi, físico o espiritual, pero hago el ejercicio de decirlo todo, sin tapujos. Me ha costados relaciones, pero vivo liviana.


Mañana será otro día, y mientras llega, vivo éste con todo lo que trae. Con amores y desamores, con esperanza y optimismo, con alegría y también en momentos con algo de rabia. A ver, a ver, no somos perfectos. Y reaccionar a las circunstancias y a los otros es normal. Lo que no lo es, es ser hipócritas y pretender que nada pasa. Porque si pasa. Y todo se sabe. Como dicen las viejitas y ayer mi madre me lo recordó: ¨entre el cielo y la tierra no hay nada oculto¨. Ah, qué belleza. Porque cuando uno levanta un velo, miles más se caen ante uno y entonces, uno puede comprenderlo todo. Sostener una mentira es imposible. Una verdad se sostiene por sí sola. Se mantiene. Es. Porque la vida es perfecta y siempre nos da, segundas oportunidades para que nuestra propia vida hable por nosotros, y no los otros.

Lo que digan los otros de mi, me tiene sin cuidado, a menos que atente contra mi o los míos. Ahí si puedo defenderme como la leona que soy y que he sido. La mapaná que dice mi hijo que soy y que yo misma reconozco. Soy una belleza hasta que me sacan la leona que me habita. Y quien diga que no la habita pues es un mentiroso. Está en nuestro adn, en nuestros genes, en nuestros ancestros y nuestros actos nos delatan. Porque nos tenemos que defender y entonces un día cualquiera entender que estábamos equivocados. Que todos somos humanos y que cargamos con nuestra historia, que ambas o todas somos mujeres, madres, hijas, amigas, amantes, novias, esposas. Y que al mirarnos a los ojos, podemos reconocernos y saber quiénes somos y quién nos habita verdaderamente. Que nuestros dolores son comunes y que compartimos más realidades que las que no. No quedarnos con lo que nos digan de los otros es mi mayor aprendizaje. Debía verte a los ojos para reconocerte.


Ayer, aprendí muchas cosas. Gracias al maestro que lo hizo posible. Porque sin tí, no hubiera reconocido verdaderamente la guerrera que me habita, y la mujer que he sido y soy. Tu llegada hace algunos años ha sido una lección de vida, pero ahora puedo verte con toda claridad y tu oscuridad no podrá invadirme nuevamente. Porque sin darte cuenta, tu oscuridad la ilumino con mi vida. Y un abrazo con una mujer casi desconocida, puede dar fe de que la energía es una y no hay forma de que ella no sea la verdad. Lo es. Y aunque hoy una malla transparente me impida sentir la sensación de habitar un bosque completo, sé que las fronteras son imaginarias y detrás de ellas existimos seres que sí creemos en la común unidad. Agradezco que el mañana será otro día, sea hoy el día en el que puedo sentir que todos tenemos una nueva oportunidad. 


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Reír

1 bình luận


Que belleza! Este escrito me llenó de certeza y esperanza. Cada día es una nueva oportunidad para hacerlo bien y para elegir vivir en la verdad y la coherencia. Gracias!🙏🏽

Thích
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